
La caseta para acceder a los municipios de Ecatepec, Coacalco y otros es la México- Pachuca. Ahi hay un cumulo de vendedores corren, suben y bajan al distinto transporte publico que por ahi transita una y otra vez comunicando el Estado de México con el Distrito Federal, llevan sobre sí su mercancia; cocoles y puerquitos de piloncillo parte de nuestra tradicional panadería mexicana.
Familias enteras viven y sobreviven vendiendo este rico producto. Envueltos en bolsas de plástico transparente proponen no solo un producto, sino el propio quehacer de una rica tradicion gastronomica. Según especialistas muy doctos en el tema nos refieren que la primera noticia de venta de pan la encontramos en la ordenanza de Hernán Cortés, en 1525 que señala la exigencia que todas las panaderías enviaran su producción a la plaza pública con un peso debido, venderse al precio fijado por el cabildo, así como estar bien cocido y seco para que durará mas tiempo.
La vendedora es una mujer mayo, le solicito una de sus bolsas y de inmediato conversa conmigo, tengo que retirarme el audifono con el que venia escuchando musica. La venta apenas inicia, son las seis de la tarde sus brazos apenas y soportan la mercancía sobre sus delgados blazos, hacemos varias maniobras; ella para detenerse en el autobus en movimiento, yo para poder sacar la bolsa. Me comenta que nunca se ha caído, que sus hijas llegan con rasguños y moretones en piernas y brazos,-signo inequivoco de que los conductores, a los que siempre he referenciado como el eslabon perdido entre el homo erectus y el mono, manejan como si los pasajeros no existieramos- ella sin embargo hace mil esfuerzos por mantenerse equilibrada, sin que su pan se maltrate, y pueda al menos una bolsa en los varios camiones que aborda.
Dice venir del pueblo de San Martin donde varias familias se dedican a preparar el pan durante el dia y por la tarde familias enteras bajan a la caseta de cobro a ofrecerlo. Rescatan con gran esfuerzo esta tradicion de panaderia y al mismo tiempo nos ofrecen un majar suculendo, aromatico, y muchas veces memorioso, ahora que se consumen cientos de kilos de harina refinada en bolsas de pan de caja que ofrecen todo menos pan, pues en el mayor de los casos las harinas ya son aglomerados de esto, aglomerados de los otro.En fin hablaré de eso en otra ocasión, adquirí una bolsa de Puerquitos de Piloncillo aqui la receta, segun una querida tia queretana:
Ingredientes:250 gramos y 1/3 de taza (separarlas) de piloncillo o de azúcar morena¾ de taza de agua,100 gramos de margarina (o mantequilla) 2 tazas y media de harina cernida, 3 cucharaditas de polvo para hornear, ½ cucharadita de sal, 1 huevo.
Elaboración:Hervir los 250 gramos de piloncillo con el agua hasta reducir a 2/3 de taza de miel espesa. Sacamos del fuego y añadimos la margarina hasta que se derrita, agregamos el tercio de azúcar restante y removemos hasta que este incorporada y luego la harina ya cernida junto con el polvo de hornear y la sal. Revolver bien la mezcla y añadir un huevo entero sin batir. Seguir amasando hasta que obtengamos una masa consistente, la hacemos una bola y colocamos en una bolsa de plástico y la metemos al refrigerador por 3 horas. Ya fría se amasa y se extiende en una superficie enharinada con un rodillo hasta obtener 1 centímetro de grueso y cortamos las figuras de los cerditos que previamente hemos recortado en cartón a manera de molde y formamos los cerditos en la masa con un cuchillo. Horneamos en una charola engrasada unos 10 a 15 minutos a 175 grados, cuidado con no aumentar la temperatura del horno porque se pueden pegar.
El día continua, la mujer se baja y corre para abordar el siguiente autobus de pasajeros. Su jornada apenas inicia.
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